viernes, 30 de marzo de 2012

ASTURIAS patria querida...



Ha sido una semana increible. Yo, al menos, lo he pasado fantásticamente bien. Han sido unos días de emociones diarias. La Ruta Literaria de Clarín en Asturias que, por primera vez, ha disfrutado nuestro centro, ha sido toda una experiencia.

Durante estos siete días hemos conocido la zona rural de Asturias, hemos montado a caballo, bajado a la mina, visitado los molinos de agua, conocido a los dinosaurios, asistido a una obra de teatro (fabulosa), hemos subido al tren del siglo pasado, paseado por dos hermosas ciudades y nos hemos mojado un poquito en la playa. Pero sobre todo hemos conocido gente maravillosa: nuestros amigos del IES "Clara Campoamor" de Ceuta nos han dejado un recuerdo entrañable y también, las personas a las que hemos conocido en Asturias, tanto en la residencia del IES "Luces", como los monitores (un saludo entrañable a Hugo y a Sara), a todos los guías de los museos, de las ciudades y del pueblo de Xomezana (un pueblo ejemplar en todos los sentidos). Y, por supuesto, sin olvidarme de mis compañeros profes: Loles, Jose y Julio que han hecho un trabajo inmejorable y con enorme generosidad.

Además de la hermosa lección sobre Clarín y su obra, hemos recibido de todos otras grandes lecciones de historia: la de cómo un pueblo construyó su personalidad desde la mina, el mar y el trabajo en el campo. Todos trabajos duros y sacrificados. Otras lecciones han sido de ciudadanía: la del respeto y la convivencia. La limpieza y el cuidado de sus ciudades, la preocupación por el medio natural y la ecología, la idea de la libertad y la servidumbre en esos pueblos mineros bajo vigilancia de los patronos o la idea de la convivencia en los pequeños pueblos de la montaña, donde todo el mundo debe ayudarse si desean mejorar su calidad de vida y lograr la supervivencia.


La lección de la tolerancia nos la han dado los alumnos y alumnas de Madrid y Ceuta, con una actitud de equipo y de respeto entre todos, digna de pervivir muchos años en la memoria de los que allí estuvimos.

Ojalá no olvidemos lo vivido. Merece la pena que sea una historia guardada y contada a otros.