El próximo miércoles hemos preparado la primera salida del grupo "20porelarte". Nos han invitado al Instituto Italiano de Cultura a conocer al artista y a su obra. Se trata de un escultor de fama internacional llamado Pinuccio Sciola, y nos mostrará en exclusiva su exposición "La ciudad sonora", una exposición en la que se descubre la belleza de la piedra y, algo insólito, su sonoridad. Las piedras suenan, cantan como las sirenas de la Odisea en los oídos de Ulises, con una voz de arpa universal, a veces recordando al viento, otras a la misma voz humana, pero siempre se trata de una voz antigua de viento, de sal, de mar, que procede de otro lugar, a veces lejanísimo o quizás de un sitio, tal vez, profundo de dentro de nosotros mismos.
Pinuccio Sciola nació en Cerdeña (Italia) y con sus piedras de caliza y basalto ha creado obras que están expuestas en infinidad de parques, plazas o lugares públicos de toda Europa. Es un artista autodidacta que se estudió en su juventud en Madrid, más tarde viajó a México y a América del Sur, donde conoció las obras de las culturas precolombinas, y a África. Sus obras recogen todo ese saber, toda esa cultura de la piedra y nos la devuelve con el sabor de su pueblo natal, de sus "piedras natales" del pequeño pueblo de San Sperate, que ha convertido en un verdadero "pueblo-museo".
Pinuccio es un hombre cordial, amable y entrañable, un artista genial y sincero, un eremita fuerte que mira y toca la piedra con suavidad y sin extrañeza alguna. Será una experiencia que no olvidaréis. El miércoles cierra su exposición en Madrid y, antes de guardar sus obras para que regresen a Italia, tendremos el privilegio de que nos dedique unos minutos.
Pinuccio Sciola nació en Cerdeña (Italia) y con sus piedras de caliza y basalto ha creado obras que están expuestas en infinidad de parques, plazas o lugares públicos de toda Europa. Es un artista autodidacta que se estudió en su juventud en Madrid, más tarde viajó a México y a América del Sur, donde conoció las obras de las culturas precolombinas, y a África. Sus obras recogen todo ese saber, toda esa cultura de la piedra y nos la devuelve con el sabor de su pueblo natal, de sus "piedras natales" del pequeño pueblo de San Sperate, que ha convertido en un verdadero "pueblo-museo".
Pinuccio es un hombre cordial, amable y entrañable, un artista genial y sincero, un eremita fuerte que mira y toca la piedra con suavidad y sin extrañeza alguna. Será una experiencia que no olvidaréis. El miércoles cierra su exposición en Madrid y, antes de guardar sus obras para que regresen a Italia, tendremos el privilegio de que nos dedique unos minutos.